1. Del monopolio a la diversidad monetaria

1.2. Insostenibilidad del monopolio monetario

1.2.1. Las características del dinero convencional

Bajo la concepción del dinero como una institución de la cultura occidental, las monedas nacionales o convencionales de las sociedades actuales comparten una serie de características fundamentales:

  • El dinero depende de un Estado nacional geográficamente delimitado. Una moneda nacional es identificada por los ciudadanos de esa zona geográfica y equivale a un sistema de información compartida, el cual, además de integrar a la sociedad que se identifica con ella, establece también una frontera con quienes no la identifican como propia.
  • El dinero es fiat (fiduciario), es decir, creado ex nihilo (de la nada). En la actualidad, por cada depósito que reciben los bancos comerciales, éstos emiten dinero en forma de préstamos a otros clientes, haciéndolo en importes muy superiores a los del depósito original. Este depósito sirve como resguardo de un porcentaje muy pequeño de los préstamos otorgados a otros clientes. Como consecuencia de ello, se suele afirmar que el dinero es deuda. Es decir, se habla de «dinero como deuda bancaria».
  • Con el fin del patrón oro, el dinero ha pasado a ser confianza y fe al mismo tiempo, ya que su recepción a cambio de un bien o un servicio implica que se tiene confianza en que ese billete podrá ser cambiado más tarde por otro bien o servicio.
  • El dinero es escaso. Para que funcione un sistema de moneda basado en la deuda bancaria, debe introducirse la escasez y preservarla en forma artificial y sistemática. El sistema monetario actual no se autorregula sino que se requiere de la intervención activa de los bancos centrales para mantener la escasez. El sistema de dinero en forma de deuda hace que cada economía tenga que devolver más dinero del que existe, generando una escasez monetaria permanente.
  • El dinero está asociado a intereses. No se trata de algo natural ni intrínseco al dinero, sino que es una decisión política que toman los bancos centrales, desencadenando entre otras las siguientes implicaciones:
    • El interés fomenta la competencia sistemática entre los participantes del sistema. Dado que los préstamos deben devolverse con intereses, pero en el mercado únicamente existe el dinero puesto en circulación a través de los préstamos, la gente debe competir para conseguir el dinero suficiente como para abonar los intereses. Y ello sucede en un sistema de recursos monetarios escasos. Por tanto, los que resultan ganadores de esta competición lo hacen a costa de otros que pierden.
    • La oferta de dinero tiene una tasa de crecimiento permanente. Los intereses se fijan según el crecimiento económico que se busca, crecimiento que puede no tener nada que ver con el nivel de vida de la población, que puede permanecer estancado. Como consecuencia de ello, el interés puede crear riqueza financiera, pero una distribución no equitativa de la misma.
    • El interés genera transferencia continua de riqueza de una gran mayoría a favor de una pequeña minoría, favoreciendo la concentración de la riqueza y la desigualdad social.

Se puede por tanto considerar que las características del dinero no son naturales, sobre todo cuando el dinero se supone un acuerdo que se puede diseñar a medida. Si estas características son una herencia de la era industrial, la cual se está convirtiendo en una era de la información, quizás habría que considerar la realización de nuevos experimentos monetarios que lo hicieran precisamente más natural.