1. Del monopolio a la diversidad monetaria

1.4. Sostenibilidad de la diversidad monetaria

1.4.3. La sostenibilidad de la diversidad monetaria

La idea económica convencional asume de facto el monopolio de las monedas nacionales como un hecho incuestionable. En contraste, hay evidencias que apuntan a la conclusión de que la sostenibilidad monetaria requiere de una diversidad de sistemas de moneda, de manera que puedan emerger múltiples y diversas vías de cambio y conexión monetaria. Esto incuestionablemente reduce la eficiencia, pero también incrementa la capacidad de respuesta de la economía en general al facilitar las transacciones que de otro modo no ocurrirían, a través de una diversidad y unas conexiones que de otro modo no existirían.

El efecto de las monedas complementarias puede tener lugar en cualquier momento, ya sea antes o después de un colapso o crisis propiamente dicha. En el primer caso se trata de anticiparse, en el segundo caso se trata de reaccionar.

Si sucede antes del colapso (figura 9), su efecto se traducirá en un acercamiento progresivo hacia la zona de sostenibilidad viable, en base a un aumento de la resiliencia del sistema y, por tanto, en base a una pérdida de su eficiencia.

Figura 11

Si sucede tras un colapso (figura 10), el efecto de las monedas complementarias será análogo al de cualquier sistema natural: el sistema va recuperando su eficiencia progresivamente, sin perder mucha resiliencia, y acercándose cada vez más a su punto óptimo de sostenibilidad.

Figura 10

Un sistema monetario más sostenible tendería a ser, pues, un ecosistema con una amplia variedad de monedas y de agentes con diferentes ámbitos regionales, todos ellos coexistiendo simultáneamente (figura 11). Esta nueva configuración iría más allá del dinero en forma de deuda bancaria monopolizado por gigantes financieros o Estados, y sería una estrategia inteligente de diversificación e interconectividad, que ampliaría la resiliencia del ecosistema monetario y, por tanto, la sostenibilidad del mismo, así como el desarrollo sostenible.

Figura 11