2. En un ecosistema de monedas complementarias

2.2. Tipologías

2.2.2. Los bancos de tiempo

Se trata de las monedas complementarias con mayor número de iniciativas a nivel internacional, representando el 50,2% del total.

Los bancos de tiempo tienen como unidad monetaria fundamental el tiempo. Los participantes obtienen un crédito en tiempo por cada hora que destinan a ayudar a alguien, independientemente del servicio prestado. Estos créditos se pueden guardar para usarlos en un futuro, se pueden donar a otra persona, o se pueden usar para comprar servicios de otros miembros. Esto representa un rechazo radical a las valoraciones del mercado de trabajo, puesto que el tiempo de toda persona vale lo mismo.

Los bancos de tiempo fomentan tanto la construcción de capital social, como la inclusión y la cohesión por el apoyo entre vecinos, la asistencia social, las actividades basadas en la comunidad, o el trabajo a nivel de programas de voluntariado recíproco.

Uno de los primeros ejemplos de banco de tiempo se registra en Japón a partir de 1973, el Fureai Kippu, si bien no puede considerarse como el propulsor de este tipo de sistemas. En Estados Unidos, Edgar Cahn fue quien desarrolló realmente la idea de bancos de tiempo, en 1986, para utilizar las habilidades y recursos sin explotar en los barrios desfavorecidos, para reconstruir las comunidades y para restablecer la dignidad de las personas excluidas socialmente. Este modelo se expandió rápidamente a través de los Estados Unidos, pasando posteriormente al Reino Unido en 1997, a través de David Boyle y la New Economics Foundation (NEF). Desde entonces, existen redes muy fuertes e importantes tanto en el Reino Unido y como en los Estados Unidos, las cuales han desarrollado nuevas metodologías y han mejorado las prácticas, al mismo tiempo que han apoyado a nuevos proyectos a nivel internacional, como por ejemplo en Italia, España, Portugal, Nueva Zelanda, Finlandia, Canadá y Japón.