2.4. Evolución histórica y situación actual
2.4.3. La situación actual a nivel nacional
A finales de 2014 Neil Hughes llevó a cabo un trabajo en el que se analizaba la situación de las monedas complementarias españolas (figura 17). Para ello se procedió a un recuento de las iniciativas existentes en las distintas bases de datos nacionales. Se obtuvo un total de 372 iniciativas, de las cuales 290 eran bancos de tiempo, 71 eran sistemas de crédito mutuo y 11 redes de trueque. Cada una de estas iniciativas fue ubicada en su correspondiente comunidad autónoma, desvelando que se trata de un fenómeno que abarca toda la geografía nacional. La región más activa es Cataluña, con un total de 97 iniciativas en funcionamiento (71 bancos de tiempo, 23 sistemas de crédito mutuo y 3 redes de trueque). A continuación, se encuentran Andalucía y Madrid. Tal y como se ha comentado anteriormente, los bancos de tiempo son la tipología de iniciativas más habitual en España. De los 290 bancos de tiempo recontados, 223 tienen dependencia municipal. Es importante destacar que en el momento de realización de dicho estudio no había identificada ninguna iniciativa que representara una tipología de moneda local, si bien es ya conocido que a día de hoy tenemos una muestra clara de su existencia en el caso de Barcelona y Santa Coloma de Gramanet, entre otras.

Se identificaron tres períodos históricos vinculados con auges significativos de los sistemas monetarios complementarios. El primero de ellos tuvo lugar durante la Guerra Civil, el segundo a finales de los años 90 del siglo xx con la aparición de los primeros modelos de bancos de tiempo municipales, y el tercero ha tenido lugar recientemente en 2008 como consecuencia de la crisis económica. Es precisamente a partir de este tercer período donde se encuentra el mayor crecimiento de este tipo de iniciativas. En particular, el crecimiento más importante ha corrido a cargo de los sistemas de crédito mutuo, los cuales han aumentado de 4 en 2009 a más de 70 a finales de 2014.
Por otro lado, el origen que ha impulsado las distintas tipologías de iniciativas es muy diverso. Así, por ejemplo, los bancos de tiempo tuvieron su inspiración en la experiencia italiana, mientras que los sistemas de crédito mutuo lo hicieron en base a las iniciativas de Brasil y al movimiento de ciudades en transición del Reino Unido. Se identificó una larga gama de objetivos perseguidos con este tipo de iniciativas, tanto económicos como ambientales y sociales, incluyendo la lucha contra la exclusión social, la localización de la economía, la creación de capital social y la promoción de la sostenibilidad. Sin lugar a dudas, la crisis de 2008 ha sido un factor crucial en la evolución de los sistemas monetarios complementarios en España. La falta de liquidez producida por una combinación crediticia y de austeridad política ha sido la gran catalizadora del reciente crecimiento de los bancos de tiempo y los sistemas de crédito mutuo, así como de otras soluciones y propuestas innovadoras. En cuanto a su relevancia a nivel económico y social, la reciente creación de las iniciativas y la limitada capacidad de actuación de las mismas parecen corroborar otros estudios previos que cuestionan el impacto sobre el bienestar social. Así, por ejemplo, los problemas de alto desempleo y pobreza son multidimensionales, requiriendo mucho más que instrumentos alternativos de intercambio para que puedan ser tratados con éxito. No obstante, a pesar de estas limitaciones, las iniciativas españolas están jugando un importante papel educativo y político. Problematizando los principios que sustentan las transacciones económicas en la sociedad capitalista contemporánea, tales como la maximización del propio interés y beneficio, las iniciativas de monedas complementarias son fundamentales para buscar nuevas formas de hacer las cosas. Todo ello en base a valores progresistas como la justicia social y la sostenibilidad ambiental, mandando un mensaje a la sociedad acerca de la posibilidad de construir alternativas a las relaciones sociales capitalistas.
Si bien no son alternativas económicas duraderas ante un sistema fuerte de moneda oficial, las monedas complementarias representan sistemas de dinero útiles para aspirar a un futuro más sostenible y local. Ejemplos de ello (figura 18) los encontramos tanto en Cataluña como en Madrid, donde el mercado social y los movimientos de ecoredes (ecoxarxes) han experimentado un crecimiento significativo durante los últimos años. Así mismo, el movimiento 15M está jugando un papel importante en todo ello, usando los bancos de tiempo para ayudar a la creación de tejido comunitario dentro de las ciudades, fomentando con ello la autoestima individual y la reciprocidad, así como la autoorganización y la horizontalidad entre las personas. Iniciativas como la Asociación para el Desarrollo de Bancos de Tiempo (ADBT), la Asociación Salud y Família (ASF), las cooperativas integrales que están empezando a extenderse más allá de Cataluña (CIC), y la expansión de los mercados sociales, son en general un buen augurio para el futuro de los sistemas monetarios complementarios en España.
