2.2. Tipologías
2.2.3. Los sistemas de crédito mutuo
Se trata de las monedas complementarias que ocupan la segunda posición en número de iniciativas a nivel internacional, representando el 41,3% del total.
Los sistemas de intercambio mutuo son creados durante el propio acto de compra o gasto: el crédito de una persona es igual al débito de otra, de modo que las cuentas siempre suman cero. Tanto el valor como la utilidad de la moneda se conservan gracias a la confianza entre los miembros para cumplir sus compromisos (o deudas).
Se trata de sistemas que pueden operar o no dentro de una zona geográfica definida, proporcionando a los usuarios el acceso al crédito sin intereses, el cual puede ser gastado dentro del círculo de comercios o usuarios inscritos en el programa. Los miembros anuncian sus ofertas o demandas en un directorio, de modo que cuando se realiza una transacción esta queda contabilizada en el propio sistema, ya sea a través de un talonario donde se apuntan los participantes y el importe de la transacción, o ya sea a nivel tecnológico. Algunos proyectos vinculan el valor de su moneda a la moneda nacional, otros prefieren un sistema basado en el tiempo (como el caso particular de los bancos de tiempo), y algunos incluso mezclan el tiempo con los valores propios de la moneda.
Todo indica que, si bien los intercambios mutuos están claramente dirigidos a apoyar las economías locales, son los beneficios sociales y de fomento de la comunidad los que tienen el mayor impacto a través de las redes sociales que fomentan.
El ejemplo más conocido es el LETS, que nació en la isla de Vancouver, Canadá, en 1983 por parte del activista comunitario Michael Linton. Su propósito inicial fue el de ser un dinero de emergencia durante la recesión. Los LETS, generalmente surgidos de la sociedad civil, se extendieron rápidamente a través de Canadá, Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia durante los años 1980 y 1990, a través de redes de activistas verdes. El crecimiento de los LETS alcanzó su punto máximo a finales de 1990 en el Reino Unido, debiendo esperar unos años más para alcanzar su madurez a nivel del resto de Europa. Existen adaptaciones de los LETS en Francia, Hungría, Alemania, Austria, Suiza y Australia, y modelos similares que han surgido en Sudáfrica, Japón y Canadá. Otros países se han inspirado en los LETS, dando lugar a nuevas formas y sistemas híbridos. Así por ejemplo, el modelo CES (acrónimo de Community Exchange Systems) está inspirado en LETS y proporciona una plataforma electrónica en la que pueda tener lugar el intercambio mutuo. Este sistema se originó en Sudáfrica, pero se ha extendido a nivel internacional y ha sido y es utilizado por muchos de los sistemas de intercambio mutuo existentes.
Las características y ventajas de estos sistemas LETS se pueden resumir en:
- Nunca habrá ninguna falta de crédito dentro de una comunidad de comerciantes, al hacerse posible todas las transacciones legítimas.
- La asignación de créditos está determinada, en base democrática y descentralizada, por sus propios participantes de acuerdo con sus propios reglamentos y niveles de confianza mutua.
- Los participantes pueden ahorrar gracias a evitar costos de interés y tasas de transacciones bancarias.
- Los participantes pueden evitar los efectos adversos de factores externos, tales como inflación monetaria, políticas restrictivas de crédito bancario o inestabilidades económicas y financieras a nivel mundial.
No obstante lo anterior, hay distintos factores importantes a tener en consideración para la puesta en marcha de LETS:
- Evitar los errores fundamentales de generar expectativas excesivas y de aferrarse al diseño inicial del sistema, debiendo éste ser flexible y adaptarse a los contextos socioeconómicos locales.
- Introducir a la gente en el sistema de forma adecuada, explicando a los nuevos socios cómo funciona el sistema y confirmando su comprensión.
- Llevar una gestión profesional del sistema, elaborando materiales publicitarios y directorios bien diseñados, así como organizando fiestas y viajes para que se conozcan los socios.
- Tener suficiente variedad de capacidades ofrecidas para cubrir las necesidades de la gente (producción de alimentos, servicios de reparación, reciclaje y reutilización…).
- Tener un espíritu bien definido y compartido, construyendo un consenso sobre el mecanismo y el objetivo del sistema.
- Avisar a cada socio acerca de lo que se consigue con el sistema LETS (transacción de bienes y servicios no profesionales que no serían vendidos con dinero de curso legal).
- Cuidar a los socios activos, interviniendo para que los socios con talentos y capacidades que todo el mundo quiere, no acaben acumulando demasiado saldo positivo, se cansen de ofrecer este servicio y se vayan.