3. Hacia un desarrollo local y sostenible

3.2. Efectos de las monedas complementarias

3.2.2. La democratización y la mejora de la provisión de servicios

Las monedas complementarias son herramientas que pueden ser empleadas como instrumentos de política pública por parte de los gobiernos locales. En la provisión de servicios públicos, las transacciones económicas son cada vez más preponderantes y la ciudadanía cada vez más se relaciona con estos servicios como consumidores (y no como ciudadanos activos), independientemente de que los servicios sean de ocio, educación o salud. Las monedas complementarias pueden modificar las dinámicas de estas relaciones cada vez más monetizadas, dotándolas de nuevo de su sentido social.

  • Satisfacción de las necesidades comunitarias. Cuando las personas necesitan implicarse con su propio tiempo y recursos para cubrir los servicios que han sido abandonados como consecuencia de los recortes presupuestarios, las desigualdades se vuelven extremas. Las monedas complementarias fomentan acciones proactivas que sirven para empoderar a las personas, pudiendo ser implementadas para crear comunidades y espacios más activos. Son respuestas prácticas a un amplio espectro de políticas públicas que no tratan de reemplazar o reducir los servicios públicos, sino de transformarlos en más útiles e inclusivos. Permiten la conexión entre las personas, de una manera más activa, permitiendo la resolución de las necesidades comunitarias.
  • Coproducción. Se trata de una nueva forma de provisión de servicios. Las monedas complementarias pueden mejorar positivamente las relaciones entre los servicios públicos y los usuarios de éstos. En el contexto del sector público, la coproducción está siendo empleada cada vez más en la puesta en funcionamiento, diseño y provisión de servicios. En lugar de intentar resolver las necesidades de las personas, la coproducción se enfoca en los recursos de la gente (tiempo, habilidades y especialización), construyendo una relación igualitaria con los usuarios que son a la vez diseñadores y proveedores de estos servicios. Este enfoque es opuesto al modelo tradicional de servicios públicos, orientado de arriba hacia abajo y de forma centralizada, el cual considera a los usuarios como receptores pasivos de estos servicios. La coproducción, y el uso de las monedas complementarias para fomentarla, ha ganado terreno a nivel político como posible alternativa ante los recortes presupuestarios. Las monedas complementarias ofrecen una herramienta para liberar el potencial de la coproducción, incentivando la contribución del público en general a los servicios públicos, así como aportando nuevas ideas y posibilidades de provisión de estos servicios de una forma eficiente, fortaleciendo iniciativas comunitarias independientes, reconociendo talentos y actividades no valoradas por la economía de mercado, y creando sus propias dinámicas de interacción e intercambio.